Frases de Paul Michel Foucault

La sociedad moderna es perversa, no en despecho de su puritanismo o como reacción provocada por su hipocresía; es en realidad y directamente, perversa.
 
La delincuencia, con los agentes ocultos que procura, así como con el rastrillado generalizado que autoriza, constituye un medio de vigilancia perpetua sobre la población: un aparato que permite controlar, mediante los propios delincuentes, todo el campo social.
 
No hay uno, sino muchos silencios, y son una parte integral de las estrategias que subyacen e impregnan los discursos.

El momento en que se percibe que era, según la economía de poder, más eficaz y más rentable vigilar que castigar. Este momento corresponde a la formación, a la vez rápida y lenta, de un nuevo tipo de ejercicio del poder en el siglo XVIII y comienzos del XIX.
 
Las guerras ya no se libran en nombre de un soberano que debe ser defendido; se libran en nombre de la existencia de todos; poblaciones enteras son movilizadas con el propósito de la matanza masiva en nombre del imperativo de vida: las matanzas se han convertido en vitales.
 
En la escritura, el punto no es para manifestar o exaltar el acto de escribir, ni tampoco es un fijador dentro del lenguaje; más bien se trata de crear un espacio en el cual el escritor desaparece constantemente.

Uno hace la guerra para ganar, no porque sea justa.
 
Y ahora, si tratamos de asignar un valor, en y por sí mismo, fuera de sus relaciones con el sueño y con el error, a la clásica insensatez; debemos entenderla no como una razón enferma, o como una razón perdida o alienada, sino simplemente como una razón deslumbrada.
 
La locura, en su salvaje e indomable palabra, proclama su propio significado; en sus quimeras, pronuncia su verdad secreta.

Porque la persona culpable es sólo uno de los objetivos de la pena. El castigo está dirigido sobre todo a los demás, a todos los potencialmente culpables.
 
La justicia siempre debe cuestionarse a sí misma, al igual que la sociedad sólo puede existir por medio del trabajo que realiza sobre sí misma y sobre sus instituciones.
 
La “Iluminación”, que descubrió las libertades, también inventó las disciplinas.

La política no es lo que pretende ser: la expresión de una voluntad colectiva. La política respira bien sólo cuando esta voluntad es múltiple, vacilante, confusa y oscura incluso para sí misma.
 
Cuando el hombre despliega el carácter arbitrario de su locura, se enfrenta a la oscura necesidad del mundo; el animal que persigue sus pesadillas y sus noches de privación es su propia naturaleza, que expondrá desnuda, la implacable verdad de su infierno.
 
Trabajar es ponernos a pensar algo distinto de lo que uno ha pensado antes.

El lenguaje de la psiquiatría es un monólogo de la razón sobre la locura.
 
¿Usted sabe la diferencia entre una ciencia real y una pseudociencia? Una verdadera ciencia reconoce y acepta su propia historia sin sentirse atacada. Cuando usted le dice a un psiquiatra que su institución mental vino de un leprosario, él se enfurece.
 
No hay gloria en la sanción.

Es la certeza de ser castigado y no el horrendo espectáculo de castigo público que debe desalentar a la delincuencia.
 
El conjunto de la sociedad persigue a cada individuo a través de innumerables mecanismos de disciplina.
 
El lirismo de la marginalidad puede encontrar inspiración en la imagen del forajido, el gran nómada social.

El conocimiento no es para saber: el conocimiento es para recortar.
 
A partir de la idea de que el yo no nos es dado, creo que sólo hay una consecuencia práctica: tenemos que crearnos a nosotros mismos como una obra de arte.
 
Lo que busco es una apertura permanente de posibilidades.

Puede haber asesinado a Dios bajo el peso de todo lo que ha dicho; pero no imagine que, con todo lo que usted está diciendo, usted puede crear un hombre que viva más que Él.
 
En cualquier caso, una cosa es cierta: el hombre no es ni el más antiguo ni el más constante de los problemas que se ha planteado para el conocimiento humano.
 
La prisión continúa sobre aquellos que están asignados a ella, un trabajo iniciado en otro sitio, en cuyo caso, el conjunto de la sociedad persigue a cada individuo a través de innumerables mecanismos de disciplina.

Lo que me sorprende es el hecho de que, en nuestra sociedad, el arte se ha convertido en algo que está relacionado únicamente con objetos, y no con los individuos o la vida.
 
No tiene sentido hablar ‘en nombre de’, o ‘en contra de’ la razón, la verdad o el conocimiento.
 
No siento que sea necesario saber exactamente qué soy.

El poder es sólo aceptable a condición de que oculte una parte sustancial del mismo. Su éxito es proporcional a su capacidad para ocultar sus propios mecanismos.
 
En el mecanismo del poder ha existido una utilización estratégica de lo que era un inconveniente. La prisión crea delincuentes, pero los delincuentes a fin de cuentas son útiles en el dominio económico y en el dominio político. Los delincuentes sirven.
 
Hay poca información publicada sobre las cárceles, es una de las regiones ocultas de nuestro sistema social, una de las zonas más oscuras de nuestra vida.