Frases de Paul Michel Foucault

No siento que sea necesario saber exactamente lo que soy. El principal interés en la vida y el trabajo es convertirse en alguien diferente al que eras al principio.

Las personas saben lo que hacen; frecuentemente saben por qué lo hacen, pero lo que ellos no saben es qué hace lo que hacen.

Donde hay poder, hay resistencia.

Las escuelas tienen el mismo funcionamiento social que las prisiones y las instituciones psiquiátricas: definir, controlar y regular personas.
 
Busca lo que es bueno, fuerte y hermoso en tu sociedad, y desarrollate desde allí. Impulsate hacia afuera. Siempre crea a partir de lo que ya tienes. Entonces, sabrás lo que tienes que hacer.
 
No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo. Más de una persona, indudablemente como yo, escribe con el fin de no tener rostro.

¿Están las prisiones superpobladas o la población está sobre encarcelada?
 
La mirada que ve es la mirada que domina.
 
El panóptico es una máquina de disociar la idea de ‘ver -ser visto’: en el anillo periférico, se es totalmente visto, sin ver jamás; en la torre central, se ve todo, sin ser jamás visto.

¿Es sorprendente que las prisiones se asemejen a fábricas, escuelas, cuarteles, hospitales, las cuales todas se asemejan a las prisiones?
 
No hay relación de poder sin la constitución correlativa de un campo de conocimiento, ni conocimiento alguno que no presuponga y constituya, al mismo tiempo, relaciones de poder.
 
Estoy perdidamente enamorado de una memoria. Un eco de otro tiempo y otro lugar.

Las personas pueden tolerar a dos homosexuales que ven salir juntos, pero al día siguiente que están sonriendo, tomados de las manos, abrazándose tiernamente el uno al otro, entonces no pueden ser perdonados.
 
Nuestra sociedad no es una sociedad de espectáculo, sino de vigilancia.
 
El conocimiento no se rige por una teoría del conocimiento, sino por una teoría de la práctica discursiva.

En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio, a aquellos a quienes somete, les impone un principio de visibilidad obligatorio.
 
La muerte dejó su antiguo cielo trágico y se convirtió en el núcleo lírico del hombre: su verdad invisible, su secreto visible.
 
El poder está en todas partes… porque viene de todas partes.

No hay división binaria que deba hacerse entre lo que uno dice y lo que uno no dice; debemos tratar de determinar las diferentes maneras de no decir las cosas.
 
Mi punto no es que todo es malo, sino que todo es peligroso, que no es exactamente lo mismo que malo.
 
Lo imaginario no se forma en oposición a la realidad como su negación o compensación; crece entre los signos, de libro en libro, en el intersticio de repeticiones y comentarios; nace y toma forma en el intervalo entre los libros. Ése es el fenómeno de la biblioteca.

No escribo un libro, por lo tanto, será la última palabra; yo escribo un libro para que otros libros sean posibles, no necesariamente escritos por mí.
 
La verdad es, sin duda, el tipo de error que no puede ser refutado porque estaba endurecido en una forma inalterable en el largo proceso de horneado de la historia.
 
La prisión es el único lugar en el que el poder puede manifestarse de forma desnuda, en sus dimensiones más excesivas, y justificarse como poder moral.

El intelectual fue rechazado y perseguido en el preciso momento en que los hechos se convirtieron en irrefutables, cuando estaba prohibido decir que el emperador estaba desnudo.
 
No soy un profeta. Mi trabajo es crear ventanas donde antes había sólo paredes.
 
El alma es la prisión del cuerpo.

¿Por qué debería la lámpara o la casa ser un objeto de arte, pero no así nuestra vida?
 
Un cuerpo con mala salud tiene como consecuencia el desvarío, el desaliento, el mal humor, la locura, hasta el punto de que los conocimientos adquiridos, acaban por ser lanzados del alma.
 
La visibilidad es una trampa.

¿Qué deseo puede ser contrario a la naturaleza, siendo que le fue dado al hombre por la misma naturaleza?
 
En realidad, hay dos especies de utopías: las utopías proletarias socialistas que gozan de la propiedad de no realizarse nunca, y las utopías capitalistas que, desgraciadamente, tienden a realizarse con mucha frecuencia.
 
Somos más libres de lo que pensamos.

No creo que uno tenga que estar triste para ser militante, incluso aunque el mismo propósito que está combatiendo, sea abominable.
 
Debemos salir y ayudar a otros a escapar de las dos fórmulas preparadas, del encuentro sexual puro y de la fusión de identidades de los amantes.
 
El poder disciplinario, es un poder que efectivamente, en lugar de sacar y retirar, tiene como función principal la de ‘enderezar conductas’; o sin duda, de hacer esto para retirar mejor y sacar más.

No pregunte quién soy y no me pida que siga siendo el mismo: deje que nuestros burócratas y nuestra policía vean que nuestros papeles están en orden. Al menos nos evitamos su moralidad cuando escribimos.
 
En civilizaciones sin barcos, los sueños se secan, el espionaje toma el lugar de la aventura y la policía toma el lugar de los piratas.
 
Lo peculiar de las sociedades modernas no es que entregaron el sexo a una existencia misteriosa, sino que se dedicaron a hablar de ello hasta el infinito, mientras que lo explotaban como si fuera un secreto.

Para que el Estado funcione como funciona, es necesario que haya, del hombre a la mujer o del adulto al niño, relaciones de dominación bien específicas que tienen relativa autonomía y su configuración propia.
 
Podría decirse que todo el conocimiento está ligado a las formas esenciales de la crueldad.
 
La naturaleza, manteniendo sólo los inútiles secretos, había colocado dentro del alcance y a la vista de los seres humanos, las cosas que eran necesarias conocer.

Uno no debe pensar que el deseo es reprimido, por la sencilla razón de que la ley es la que constituye a ambas: el deseo y la falta. Cuando existe el deseo, la relación de poder ya está presente: es una ilusión, entonces, denunciar esta relación debido a la represión ejercida después del evento.
 
Globalmente, se puede tener la sensación de que casi no se habla del sexo. Pero basta una mirada a los dispositivos arquitectónicos, a los reglamentos disciplinarios y a toda la organización interior: el sexo está siempre presente.
 
El alma es el efecto e instrumento de una anatomía política; el alma es la cárcel del cuerpo.