La vida me hace acordar al mar

Por momentos esta calmo, de un azul océano y profundo... atrayente.

Ese es el estado del mar que corresponde a la paz.

Cada ola empuja para que el navío avance un poco más, y el viento no duda en que las velas trabajen para ganar velocidad.

Ese mar, es el mar de delfines y ballenas, un sol que brilla y de un dia inolvidable para el navegante.

Pero también, la vida misma trae esos momentos que son gratuitos.

Son los mares de cada persona, están aquellas que lucubran cosas que no existen y viven en el miedo y la fantasía, que se encierran en un mundo donde el el celo y la envidia son las tormentas de sus mares.

Estos mares interiores son como el océano en un día de tormenta, solo lo detiene el propio ciclo de la naturaleza.

A diferencia que en el mar de cada uno, si no lo detiene uno, se convierte en un mar de odio y amargura.

Sin delfines ni ballenas.