Frases de Arthur Schopenhauer

Frases de Arthur Schopenhauer


Lo que la gente comúnmente llama destino es, por regla general, nada más que su propia conducta estúpida y tonta.

 
Rara vez pensamos en lo que tenemos, mientras que si pensamos en lo que nos falta. Por ello, más que agradecidos, estamos amargados.

 
La mayoría de los hombres no son capaces de pensar, sino sólo de creer, y no son accesibles a la razón, sino sólo a la autoridad.

Es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero es imposible encontrarla en ningún otro lugar.

 
Sentir envidia es humano, pero saborear el mal ajeno es perverso.

 
La presunción de que los animales no tienen derechos, y la ilusión de que nuestro trato hacia ellos no tiene ningún significado moral, es un ejemplo realmente indignante de brutalidad y crueldad occidental. La compasión universal es la única garantía de moralidad.

Toda verdad pasa por tres etapas. Primero, es ridiculizada. En segundo lugar, es violentamente rechazada. En tercer lugar, es aceptada como evidente por sí misma.

 
El genio y la locura tienen algo en común: ambos viven en un mundo que es diferente del que existe para todos los demás.

 
Los hombres son por naturaleza meramente indiferentes unos de otros; pero las mujeres son enemigas por naturaleza.

Sin libros el desarrollo de la civilización habría sido imposible. Son los motores del cambio, las ventanas al mundo; “Faros”, como dijo el poeta, “erigidos en el mar del tiempo.” Ellos son compañeros, maestros, magos, banqueros de los tesoros de la mente. Los libros son la humanidad impresa.

 
Cuando miras hacia atrás en tu vida, parece como si hubiera una trama, pero cuando estás en él, es un desastre: sólo hay una sorpresa tras otra. Más tarde, ves que era perfecto.

 
El talento alcanza un objetivo que nadie más puede alcanzar; el genio alcanza un objetivo que nadie más puede ver.

Un hombre sólo puede ser él mismo mientras está solo; si no ama su soledad, él no amará su libertad, porque únicamente cuando está solo, es realmente libre.

 
La naturaleza muestra que con el crecimiento de la inteligencia hay una mayor capacidad para el dolor, y es sólo con el más alto grado de inteligencia que el sufrimiento alcanza su punto más alto.

 
El mundo no es una fábrica y los animales no son productos para nuestro uso.

La lectura es equivalente a pensar con la cabeza de otra persona en vez de usar la propia.

 
Cada héroe es un Sansón. El hombre fuerte sucumbe a las intrigas de los débiles y de la mayoría; y si al final pierde la paciencia aplasta a ambos: tanto a ellos, como a sí mismo.

 
La verdad es más bella al desnudo.

Quien, realmente, puede ver en el medio de la infatuación, es como un hombre cuyo reloj está en hora, cuando todos los relojes de la ciudad en la que vive están errados. Sólo él sabe la hora exacta; ¿de qué le sirve?

 
La religión es la metafísica de las masas.

 
Después de su muerte, será lo que era antes de su nacimiento.

El hombre es el único animal que causa dolor a otros sin más objeto que querer hacerlo.


 
Todas las religiones prometen una recompensa más allá de esta vida, en la eternidad, por los méritos de la voluntad o el corazón, pero ninguna recompensa para los méritos de la cabeza, del entendimiento.

 
Los dos enemigos de la felicidad humana son el dolor y el aburrimiento.

La compasión por los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, y con seguridad afirmo que, quien es cruel con los animales, no puede ser un buen hombre.

 
La mayor de las locuras es sacrificar la salud por cualquier otro tipo de felicidad.

 
La persona que escribe para los tontos siempre está segura de tener una gran audiencia.

Las religiones son como las luciérnagas. Necesitan de la oscuridad para brillar.

 
El placer nunca es tan agradable como se esperaba y el dolor es siempre más doloroso. El dolor en el mundo siempre tiene mayor peso que el placer. Si no lo cree, compare los respectivos sentimientos de dos animales, uno de los cuales está comiéndose al otro.

 
La religión es la obra maestra del arte de entrenar animales, porque entrena a las personas sobre cómo deberían pensar.

Seguramente, un hombre puede hacer lo que quiere hacer; sin embargo, no puede determinar lo que él quiere.

 
El efecto de la música es mucho más poderoso y penetrante que el de las otras artes, porque éstas hablan sólo de la sombra, mientras que la música habla de la esencia.

 
Si sospechamos que un hombre está mintiendo, deberíamos pretender creer en él; porque entonces él se vuelve más audaz y seguro, miente más esforzadamente, y es desenmascarado.

La causa de la risa es simplemente la percepción repentina de la incongruencia entre un concepto y el proyecto real.

 
Cuanto más inteligente es un hombre, menos misteriosa es la existencia para él.

 
La vida de cada individuo, realmente, es una tragedia; sin embargo, si se la atraviesa en detalle, tiene el carácter de una comedia.

Cada día es una pequeña vida: cada despertar y surgimiento es un pequeño nacimiento, cada mañana fresca es una pequeña juventud, cada descanso y sueño una pequeña muerte.

 
Comprar libros sería algo bueno si también pudiéramos comprar el tiempo para leerlos.

 
La riqueza es como el agua del mar; cuanto más bebemos, más sedientos nos volvemos; lo mismo sucede con la fama.

Solamente el cambio es eterno, perpetuo, inmortal.

 
En todo el mundo, no hay ningún estudio tan beneficioso y elevado como los Upanishads. Ha sido el consuelo de mi vida, será el consuelo de mi muerte.

 
Hay algo en nosotros que es más sabio que nuestra cabeza.

La vida sin dolor no tiene sentido.

 
Todo lo que sucede, sucede por necesidad.

 
El honor no ha de ser ganado; sólo no debe ser perdido.